Estimado lector, abstengase por completo de leer las siguientes líneas si el encabezado inicial no es para usted bastante claro. Como bien es sabido, el término cretino o cretina dependiendo del género se aplica para describir adjetivamente a seres cuya necedad conlleva la perdida por completo de los límites de la estupidez. Es tan desagradable volver a ver en la arena pública y política a un ser como Alvaro Uribe mal llamado defensor de la moral y la dignidad colombiana, esta vez, con la pretensión a crear un partido político con los calificativos más falsos en el lenguaje popular y común de una sociedad que no identifica ninguna de las dos palabras. Por un lado, llamarlo centro y por otro puro, son desviaciones linguisiticas que desde luego acuden a un sofisma más grande que el de pensar que Uribe es la salvación del país y aún así caer en la cretinada de pensar que fue el mejor presidente de Colombia. Me pregunto yo ¿cuántos presidentes en la historia conocen aquellos seres que dic